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Las otras herramientas para tratar el déficit atencional sin fármacos



El Síndrome de Déficit Atencional debe ser una de las condiciones más diagnosticadas en los niños de hoy, sobre todo entre quienes están en edad escolar. Se trata de un trastorno que se caracteriza por dificultades de concentración, exceso de movimientos motrices o hiperactividad, y -en el más complejo de los escenarios- deficiente control de los impulsos y reducida capacidad para inhibir las reacciones emocionales. También se expresa enhipoactividad.

Algo que sin duda complica a la familia y al colegio, pero por sobre todo a los niños que lo sufren y que gratuitamente reciben los calificativos de inquietos, distraídos y agotadores, lo que afecta mucho su autoestima.
Por esta razón, lo que usualmente se busca es ayudarlos a salir rápidamente de esa situación y es allí cuando, por recomendación de los especialistas, se recurre a los fármacos. Algo que los padres muchas veces aceptan a regañadientes e incluso lo esconden, para que su hijo no sea estigmatizado como "el niño medicado". Sin embargo, es importante saber que en la actualidad también existen otras herramientas, cuyo nivel de efectividad incluso permite que los medicamentos químicos queden en un segundo plano.

Eso sí, antes de implementarlas es importante tener claro qué es lo que lleva al niño a manifestar el déficit atencional, ya que según explica José Antonio Soto, pediatra de orientación antroposófica, esta condición "va mucho más allá de que el niño ponga o no atención o tenga dificultades académicas".

"Hay niños que efectivamente son un poco más inmaduros, otros de personalidad más bien artística y algunos que tienen temas en la casa. Hay situaciones de disfunción familiar que hacen que ellos estén como más angustiados, entonces la falta de atención es más bien por un bloqueo emocional que otra cosa", afirma.

Una vez identificada cuál es la situación que hace que el niño presente el déficit atencional como síntoma, por lo general los especialistas en medicina antroposófica recurren a remedios naturales, como la homeopatía o las flores de Bach, los que complementan con novedosas terapias que -a su juicio- han tenido muy buenos resultados.

En este sentido, una de las más utilizadas es la denominada cabalgata terapéutica, la cual  -explica José Antonio Soto- es un tipo de hipoterapia en la que un terapeuta le enseña al niño a andar a caballo, lo que a su vez lo ayuda a desarrollar una serie de habilidades y aptitudes que lo llevan a tener una mejor relación consigo mismo. "Ése es el problema de fondo que nosotros tratamos: una mejor forma en que el niño pueda ir a la calma y centrarse en sí mismo, no estar siempre supeditado a los estímulos externos", puntualiza el especialista.

Asimismo, con la cabalgata terapéutica se trabaja muy fuertemente el equilibrio, lo que produce una importante estimulación neurológica que -dice el pediatra- ayuda a madurar ciertas funciones. Además, la terapia involucra un tema emocional de amor y cariño hacia el caballo, lo que desde el punto de vista afectivo es un estímulo importante para los niños con déficit atencional.

Y, por último, esta novedosa herramienta ayuda a aumentar su autoestima, ya que -sostiene Soto- implica que el niño, a quien quizás tratan mal en el colegio o lo tildan de flojo, es capaz de controlar a un animal grande y poderoso como lo es el caballo.

Otro aspecto que toma en cuenta esta nueva forma de tratar a niños con síndrome de déficit atencional es la nutrición, ya según explica el pediatra, hay muchos alimentos que son realmente estimulantes o que de alguna forma están perjudicando el desarrollo infantil y afectan su atención. "El ideal es que consuman alimentos más naturales, ojalá sin pesticidas, pero básicamente lo que se busca con eso es sacar todos los alimentos que son más químicos: los colorantes, los preservantes, los azúcares y aceites industriales, etc.", indica José Antonio Soto.

Una arista en relación a este mismo tema son las alergias alimentarias, las cuales en la actualidad están muy ligadas a la condición. "La forma de trabajarla es con dietas de exclusión, es decir, se eliminan aquellos alimentos que se sospecha el niño pueda ser alérgico. El Omega 3 tiene un rol bien importante en todo esto, porque es un aceite que tiene un efecto antialérgico, por lo que estamos usándolo fuertemente", dice el especialista.

Un enfoque más positivo

El masaje rítmico también se usa mucho como terapia para niños con déficit atencional. Se trata de una disciplina desarrollada por la medicina antroposófica, que se diferencia del masaje convencional en que es muy suave y no busca sólo relajar o descontracturar. "Es un masaje que se trabaja con las manos, pero con aceites que funcionan como medicamentos también. Hay aceites que son más relajantes y otros que son más estimulantes, por lo tanto despiertan aquellas funciones que el terapeuta cree necesarias", sostiene el pediatra.

"Este masaje lo que finalmente hace es que de alguna forma ordena la relación que el niño tiene con su cuerpo físico, con su mundo emocional y también estimula su sistema inmunológico", añade.

Finalmente, la psicología y psicopedagogía tradicionales no se dejan de lado, sino que se utilizan en el tratamiento del síndrome, pero con una mirada más particular que incluye a los padres en los llamados "talleres biográficos". "Los papás muchas veces hacen ellos un trabajo un poco para de alguna forma revisar los estilos de crianza y revisar en el fondo lo que como padres les piden a sus hijos (…) y muchas veces se encuentran nexos que indican que están repitiendo la forma en que fueron tratados", señala el especialista, quien agrega que esto es útil para que los progenitores tomen conciencia y libremente decidan si quieren seguir con esa forma de educación o plantearse una perspectiva de crianza diferente.

A juicio de José Antonio Soto, el déficit atencional puede ser perfectamente tratado con todas estas herramientas, dejando los fármacos en una segunda línea. No obstante, reconoce que en los casos más complejos o cuando hay disfunciones familiares, el medicamento químico es bienvenido. Asimismo, resalta que para que el tratamiento sea exitoso, es importante que médicos, terapeutas, padres y profesores trabajen en equipo.

A pesar de su alto nivel de efectividad, todavía cuesta que estas terapias sean bien recibidas, en especial por los colegios, debido a que existe mucho desconocimiento sobre ellas. Es por esto que el próximo 31 de mayo se realizará el congreso "Déficit Atencional: Otro camino es posible", que contará con la participación de diversos especialistas, entre ellos el médico alemán Hartmut G. Horn, quien mostrará cómo ha funcionado este nuevo enfoque en Alemania, donde ya hay una experiencia de muchos años y totalmente consolidada.

"Queremos que los colegios vean que hay otras formas de tratar, porque a los profesores se les explicó que el déficit atencional es igual a medicamentos químicos, y la verdad es que no es así, no tiene por qué ser así", enfatiza el pediatra, quien agrega que con este enfoque más positivo, padres e hijos toman conciencia "de que las cosas pueden ser distintas, de que él (el niño) puede disfrutar más la vida".